Cada vez que digo “Querido Hermano”
No es sólo porque en nuestro ritual así lo dice, o menciona que es el único título mediante el cual nos reconocemos, así como también expresa que mediante nuestros signos, toques y palabras nos reconocemos como tal, en efecto, cuando te reconozco hay un ser humano, con luces y sombras, dispuesto a trabajar, estudiar y avanzar, con ideales, iguales o diferentes, en la existencia por el mundo ilusorio y material en el que estamos.
También reconozco que en mi propio ser, hay un poco o mucho de todo eso.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque reconozco que en tu corazón no existe un ápice de odio, que todos los días luchas por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque confío en ti, tanto como en mí, porque sé que me entiendes y aceptas.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque somos hijos del mismo cuarto de reflexiones, porque hemos caminado, aunque no juntos, por los mismos senderos de este camino iniciático, porque he entendido que tu caminar en escuadra y tu posición recta ante la vida, es el ejemplo que debo seguir.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque al verte sonrío y me doy cuenta que no existe ninguna razón para no hacerlo, más que la de compartir juntos y en armonía.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque sé que tu pecho sincero, siempre está dispuesto para mí, porque valoro tu presencia en traje de recipiendario.
Cuando te llamo Querido Hermano, sé que nunca olvidarías que somos hijos de una Viuda y que nuestro Padre es LUZ.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque tus actos siempre están enmarcados entre la ciencia y la virtud.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque te has sentado a mi lado y has meditado sobre la existencia y el fin del ser humano.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque con lo poco que tienes, es suficiente para todos.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque sé que siempre trazas la consciencia en tus propias acciones, porque nos hemos abrazado bajo una gran bóveda estrellada y un camino de blanco y negro.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque suaves perfumes de noble aroma, apaciguan nuestras almas, una melodía armoniza nuestros sentidos y un ara nos conecta con la divinidad.
Cuando te llamo Querido Hermano, es porque las mismas herramientas nos permiten desbastar, pulir y cubicar nuestra “piedra bruta”.
Cuando te llamo Querido Hermano, sé que tu túnica oscura, tu escudo formado por una escuadra y un compás, además de una espada, se levantarán para defender a quienes somos tu familia.
Cuando te llamo Mi Querido Hermano, es porque sé que desde siempre estuviste y estarás a mi lado, como un “Hermano”.
Cuando me llamas Querido Hermano, sé que he alcanzado el grado más alto en la masonería, el de ser tu Querido Hermano…
Fraternalmente,
I:. y P:. H:. +Patricio Abraham Faunes Salas, 33° 66°
Tau Nóbilis
Gran Orador
Gran Oriente Simbólico de Chile